Es indiscutible que las flores son sinónimo de alegría y belleza. Decorar con flores los hogares, oficinas, hoteles, restaurantes, iglesias… crea ambientes más acogedores, llenos de vida y colorido.
Sin embargo, no es todo tan sencillo y bonito como parece. Las flores naturales son muy sensibles y se estropean con gran facilidad. En otras palabras, precisan de un gran mantenimiento: hay que estar pendientes de regarlas y tener constancia y maña para cuidarlas. Al menor descuido, si las flores se estropean, podemos causar el efecto contrario, creando ambientes tristes y descuidados.
No olvidemos tampoco que hay gente que tiene alergia a las flores naturales.
Por todo ello, la mejor solución para conseguir ese encanto sin necesidad de tanto esfuerzo son las flores artificiales.
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